Cuando se habla de preparar una buena taza de café, muchos piensan inmediatamente en el método: prensa francesa, V60, Chemex, Aeropress. Sin embargo, lo que verdaderamente determina la calidad y los beneficios del café es mucho más profundo: el nivel de tueste y, sobre todo, el origen del grano. En Magnagaea, creemos que el café debe comenzar con una agricultura regenerativa real y un compromiso radical con la calidad desde el suelo hasta la taza.
El artículo “Preparaciones de café con base en el nivel de tostión” resalta una verdad clave: el método de preparación es secundario si el café está sobre-tostado o es de baja calidad. Como bien explica Carlos Mora Hernández, en muchos contextos —particularmente en Colombia— se consume café con un nivel de tostión muy alto, lo cual no solo afecta el sabor, sino también la salud del consumidor.
Un café muy tostado pierde vida útil, complejidad y equilibrio. Con el tiempo, sus sabores se tornan amargos, sus aceites se degradan y su impacto positivo desaparece. Por eso, más que preocuparse por si se usa una Chemex o una prensa francesa, lo verdaderamente importante es preguntarse: ¿de dónde viene este café? ¿Cómo fue cultivado? ¿Qué vida tuvo antes de llegar a la taza?
La importancia de la materia prima: más allá del tueste
En Magnagaea, partimos de un principio claro: un café excepcional no se tuesta, se cultiva. Nuestro modelo agrícola no es convencional. Aquí, en Costa Rica, Valle del Cauca, cultivamos café en simbiosis con cacao, plátano y árboles nativos. Esta combinación no es casual; responde a una lógica ecológica que enriquece el suelo, mejora la biodiversidad y da como resultado un grano con mayor profundidad de sabor y una tostión naturalmente balanceada.
Cuando el café se cultiva en monocultivos, bajo sol directo y con fertilizantes sintéticos, pierde toda su complejidad. Esos granos necesitan un tueste intenso para esconder sus defectos. En cambio, cuando el café crece en sombra, entre árboles frutales y cacao, sufre menos estrés hídrico, madura lentamente y desarrolla una estructura de azúcares, ácidos y aceites mucho más rica. El resultado: un café que no necesita ser quemado para expresar su carácter.
Regeneración: una filosofía que se bebe
La regeneración no es una etiqueta, es una práctica constante. Cada árbol que sembramos, cada hectárea que reforestamos, cada microbosque que protegemos se traduce en tazas más vivas, más honestas, más completas. Por eso, cuando hablamos de café de calidad, hablamos también de regenerar el suelo, retener el carbono, cuidar el agua y darle espacio a la vida silvestre.
El consumidor consciente lo nota. El café de Magnagaea se puede preparar con Aeropress o con una simple olla, y el resultado sigue siendo profundo, complejo y gentil con el cuerpo. ¿Por qué? Porque el nivel de tostión es el adecuado para un grano con historia, con carácter y con respeto por su entorno.
Los métodos de preparación según el nivel de tueste
Retomando el artículo, Carlos Mora explica con claridad qué métodos se adaptan mejor según el nivel de tueste. Un café muy tostado se comporta mejor en métodos de inmersión rápida, como la prensa francesa o el V60. Pero aquí está el truco: esos métodos existen, en parte, para compensar la falta de frescura o complejidad del grano. Son estrategias para “salvar” el sabor.
En cambio, un café como el de Magnagaea —con un tueste medio o bajo, cuidadoso y preciso— puede ser disfrutado en métodos de mayor extracción, como el Aeropress o el Chemex, sin riesgo de extraer amargor o notas desagradables. De hecho, mientras más suave sea el tueste, más se perciben las notas naturales del suelo: frutas, cacao, tierra húmeda, flores silvestres.
La experiencia en taza comienza en la raíz
En nuestra finca, cada planta de café comparte espacio con árboles que dan sombra, aportan nitrógeno y mantienen el equilibrio del ecosistema. No usamos químicos. En su lugar, usamos lombricomposta, cobertura vegetal y biofertilizantes elaborados en finca. ¿El resultado? Un grano más completo, más vivo, más real.
Esto se traduce directamente en una experiencia de taza más rica y saludable. Los consumidores que prueban nuestro café por primera vez suelen sorprenderse: “¿Esto es café?”, preguntan. Sí, lo es. Solo que está vivo. No necesita azúcar. No arde. No amarga. Y sí, puedes tomar más de una taza sin sentirte mal.
Consumir con conciencia, preparar con respeto
Como bien señala el artículo, ningún método de preparación salva a un mal café. Por eso, en lugar de obsesionarnos con la técnica, invitamos a nuestros clientes a obsesionarse con el origen. Al comprar café, es más importante preguntar “¿cómo fue cultivado?” que “¿cómo lo preparo?”
En nuestra finca, cuidamos cada paso del proceso: desde la selección manual de cerezas maduras, hasta el secado en camas elevadas y el almacenaje en condiciones óptimas. No aceleramos procesos. No sobre-tostamos. No maquillamos el grano.
Por eso nuestro café se adapta a cualquier método sin perder calidad. Porque cuando el grano es bueno, todo lo demás es complemento. No necesitas ser barista. Solo necesitas agua limpia, un filtro y atención.
Tu compra, tu impacto
Cada vez que eliges un café como el de Magnagaea, estás apoyando un modelo de agricultura que no solo es sostenible, sino regenerativo. Estás sembrando árboles, restaurando ecosistemas y apostando por un comercio justo, transparente y humano.
Y si aún no has probado nuestro café, te invitamos a hacerlo. Descubre nuestras variedades aquí y elige con conciencia. Porque sí, el método importa, pero el origen importa mucho más.
¿Quieres saber más sobre cómo regeneramos la tierra mientras cultivamos alimentos de calidad?
Visita nuestras secciones sobre regeneración y sistemas agroforestales para entender por qué en Magnagaea sembramos sabor, salud y vida.